Tu equipo trabaja por dinero… pero se queda por valores y visión

Cuando el liderazgo se confunde con presión

Sábado noche. Restaurante lleno.
Hay nervios. Vas cansado. Te han pasado cosas fuera del restaurante y lo arrastras dentro.
El equipo tira, pero tú no estás al 100%.

Todo te molesta. Respondes áspero, imperativo. Ya no conjugas verbos: das órdenes secas en modo militar.
Pides más velocidad, más empuje. Metes más tiquets, presionas.

El equipo se ve superado. Y cuando ven que, hagan lo que hagan, desconfías de ellos y los menosprecias… te responden, obvio.
Estallas. Gritos, enfrentamiento, discusiones.
Un servicio de mierda.

Media noche. Fin del servicio.
Un camarero dice que se va, mañana no viene.
El cocinero te suelta que cuentes los 15 días.
El maître está de culo.
El chef ni se despide.

Más tarde pasa un amigo tuyo, se sienta contigo a tomar una copa.
Media luz, persiana bajada, silencio.
Te mira y pregunta:
“¿Merece la pena liderar así?”

El dinero atrae. Los valores retienen.

Las nóminas que pagas son buenas, pero nadie aguanta.
No compensa ese horario imposible.
No hay dinero que pague un trato que hace sentir invisible y despreciable.
Por eso la gente se va.

Y, por lo contrario, por eso la gente se queda.
Cuando sienten que aportan, que cuentan, que crecen… aparece la implicación.
Esa chispa que convierte un turno pesado en un equipo que busca soluciones.

La implicación no solo se compra con billetes.
Se gana con confianza, reconocimiento y visión compartida.

Estrategias prácticas para crear compromiso real

• Sistema de incentivos sencillo: basado en reducción de mermas, control de costes, ventas o actitud.
• Celebra logros semanales y mensuales: la motivación se alimenta con reconocimiento, no solo con nóminas.
• Invita a decidir: pregunta “¿qué cambiarías tú para mejorar todos?”. La participación genera pertenencia.
• Diseña rutas de promoción interna claras: “si quieres crecer, puedes hacerlo así, en estos pasos”.

BruTips Sistemics²

• El liderazgo no se impone: se inspira.
• Los sueldos retienen, pero los valores fidelizan.
• Una visión compartida convierte un grupo en un equipo de alto rendimiento.
• Reconocer vale más que mandar.

El sueldo ya lo tienen.
La verdadera pregunta es:
¿les das un proyecto que quieran vivir contigo… o solo un pagaré para que atiendan sus facturas?

Sistemics² — claridad, gestión y libertad para restauradores que quieren vivir de su restaurante, no dentro de él.